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Jóvenes: ¿El problema o la solución de México?

Este año habrá elecciones en México y tendremos la oportunidad de elegir a nuestros gobernantes. Me parece fascinante que podríamos tener a la primera mujer en ocupar la presidencia de la república, pero, además, que tanto las mujeres como los jóvenes de entre 18 y 29 años podrían marcar la diferencia en las votaciones. Por lo tanto, es muy “importante” que ejerzan su derecho y estén conscientes del poder de su voto. Es momento de que, incluso, tanto las mujeres como los jóvenes empiecen a marcar el rumbo de la agenda política del país, en busca de más y mejores oportunidades.

En ocasiones creemos que por ser jóvenes nadie nos escucha o que las acciones que realizamos son en vano y/o no marcarán alguna diferencia, pero sí son importantes y sí marcan mucha diferencia, para bien o para mal. Por ejemplo, muchas de las decisiones que se toman en la juventud nos pueden ayudar a tener una mejor calidad de vida, un mejor trabajo, un mejor futuro o mejores oportunidades. Sin embargo, también existe la posibilidad de tener un futuro incierto, en caso de no tomar las mejores decisiones durante la juventud o haber desaprovechado las pocas o muchas oportunidades que se nos presentan en esa etapa de la vida.

Desde luego, el que nos vaya bien o mal en la vida es más complejo y juegan un papel muy importante los factores sociales, pero por ahora solo dejémoslo como un ejemplo simple de la importancia de las acciones o decisiones que tomamos durante la juventud y de cómo estas influyen sustancialmente en nuestro futuro.

Otro punto importante, es la influencia que los jóvenes pueden tener en lo colectivo. Un ejemplo, son las importantes movilizaciones que grupos de jóvenes han tenido en la UNAM, sobre todo, el movimiento estudiantil de 1999-2000, en el cual, los estudiantes se movilizaron con éxito para evitar el aumento de las cuotas y mantener el principio de educación gratuita. Y por ello, millones de personas hemos tenido la oportunidad de tener acceso a una educación de excelencia, sin la necesidad de gastar en colegiaturas estratosféricas que la mayoría de la población no puede pagar.

Otro ejemplo actual y, quizá, más visible para los más jóvenes es la Ley Olimpia. Esta ley, la impulsó Olimpia Coral Melo Cruz: Líder del movimiento que dio origen a la Ley Olimpia. Desafortunadamente, Olimpia fue víctima de violencia digital y, gracias a su movilización en busca de justicia, se convirtió en una líder que impulsó una gran campaña para abordar este problema. Gracias a su movilización, varios estados mexicanos modificaron sus códigos penales para incluir y sancionar estos delitos, reflejando un avance importante en la protección de la privacidad y la dignidad de las personas, especialmente de las mujeres, en el ámbito digital.

Ejemplo, hay muchos y hoy México, sigue necesitando de los jóvenes para poder construir un mejor país para el beneficio inmediato de la población de todas las edades. En el futuro, quizá no se recuerden nombres específicos, pero los más jóvenes e, incluso, aquellos que aún no nacen podrán tener mejores oportunidades de las que hoy tiene la juventud. También, es importante pensar que la lucha que libren hoy los jóvenes por sus derechos y mejores oportunidades tendrán beneficios para ellos mismos y para muchos otros que ni siquiera están hoy entre nosotros. Hoy ustedes, los jóvenes, son los líderes que pueden transformar el presente y futuro de nuestro país.

Vean las siguientes cifras que ejemplifican la fuerza e influencia que tendrán los jóvenes y mujeres. De acuerdo con INE, hasta el 8 de febrero, el listado nominal en México asciende a 98,194,255 personas. De este total, 50,959,076 son mujeres (52%), lo que subraya, también, la gran importancia de la participación femenina en el proceso electoral. En términos de la distribución por edad de los votantes jóvenes, tenemos:

  • 18 a 19 años: 4,125,946 personas

  • 20 a 24 años: 11,262,546 personas

  • 25 a 29 años: 11,050,518 personas

Esto significa que 26,439,010 jóvenes entre 18 y 29 años están listos para votar en las próximas elecciones. Este segmento demográfico representa aproximadamente el 27% del total del listado nominal, lo que indica su gran potencial para influir en los resultados electorales. Por lo tanto, es fundamental que los partidos políticos y candidatos reconozcan y aborden los temas que más podrían importarle a los jóvenes.

Hoy, algunas de las demandas, desde mi perspectiva de señor de 44 años y padre de familia, que pudieran ser las más importantes son: garantizar acceso a una educación de calidad sin barreras económicas, oportunidades de empleo que no solo sean dignas sino estimulantes, una gran estrategia que ayude a mejorar la salud mental, a contar con servicios de calidad de atención a la salud, poder tener seguridad dentro y fuera de sus casas, contar con oportunidades para poder adquirir una vivienda digna y acciones concretas contra el cambio climático. Estas, considero, no son meras solicitudes; son un llamado urgente para repensar y reestructurar nuestro tejido social y económico. 

Para poder tener mayor impacto en la implementación de políticas públicas que beneficien a los más jóvenes, es necesario un clima de inclusión y tener más y mejor acercamiento con líderes jóvenes. Sin embargo, para que la inclusión y el diálogo pueda ser fructífero, es imperativo superar barreras comunicativas arraigadas en el adultsplaining y el adultocentrismo. En términos sencillos el adultsplaining se refiere a la perspectiva de que las visiones de los adultos son superiores a las de los jóvenes o niños, dando por sentado que un adulto puede explicar sin problema ni equivocación lo que los más jóvenes o niños sienten o necesitan sin la necesidad de consultarlos o escucharlos.

En el caso del adultocentrismo, se refiere a la supremacía social y la perspectiva de que las visiones de los adultos son inherentemente superiores a las de los jóvenes o niños. Este enfoque tiende a invisibilizar a los niños y adolescentes, considerándolos simplemente como adultos en miniatura sin tener en cuenta sus necesidades, opiniones o derechos específicos.

Estos enfoques no solo subestiman la capacidad de los jóvenes para contribuir significativamente al debate público, sino que también obstaculizan su participación en la toma de decisiones. Combatir estos fenómenos no es solo un acto de justicia intergeneracional; es una necesidad práctica para enriquecer nuestra democracia.

El reconocimiento de los jóvenes como actores políticos plenos, con ideas, soluciones y críticas válidas, debe ser un principio rector en la preparación hacia las próximas elecciones. No es suficiente invitar a los jóvenes a las mesas de diálogo; sus voces deben ser escuchadas, valoradas y, lo más importante, implementadas.

Como sociedad, tenemos el deber de facilitar plataformas que amplifiquen la voz juvenil, promover políticas que atiendan sus demandas y crear espacios seguros para su expresión y activismo. Solo así podremos asegurar un futuro donde las decisiones reflejen verdaderamente la diversidad y riqueza de nuestro tejido social.

En este sentido, en el Club Harvard de México hemos organizado la conferencia Momento Mexicano desde el 2022, con la finalidad de generar un espacio pensado en los jóvenes y, en el cual, se discutan temas de relevancia nacional desde una perspectiva del rol que tenemos todos en la construcción de un mejor futuro. Incluso, organizamos una plática con la Fundación México en Harvard para hablar de las diferentes oportunidades para ingresar a la Universidad de Harvard con la intención de que más mexicanos puedan aspirar, aplicar y estudiar en una de las mejores universidades del mundo.

 Los jóvenes de México no solo portan la antorcha del cambio; son el faro que ilumina nuestro camino hacia un país más justo, equitativo y sostenible. Su participación en las próximas elecciones no es solo deseable; es fundamental. Juntos, podemos construir un México que no solo resuene con el poder de su juventud, sino que también se transforme por ella.

Marco Sánchez Guerra

Postdoctor en Salud Ambiental por la Universidad de Harvard, Investigador del Instituto Nacional de Perinatología y Consultor en Epidemiología Ambiental y Salud Pública de Mejora MX.

Twitter @MarcoSanchezGue

Este artículo ha sido publicado también en El Universal